El líder de la banda heavy habla sobre su otro grupo: The Head Cat , tres ‘frikis’ que hacen sucio rock and roll clásico. Por Greg Prato



Lemmy Kilmister, líder de Motörhead, de 65 años, le pone los cuernos a su banda de heavy metal para irse a tocar rock and roll clásico con sus nuevos colegas. El grupo se llama The Head Cat, y además de Lemmy participan tres músicos de su misma condición (bastante frikis, vamos): Jim Phanto (batería de Cats Drummer) y Danny B. Harvey (el guitarrista de Rockcats). Ya publicaron un disco en 2006, Fool’s paradise, y ahora van a por el segundo: el próximo 21 de junio en EE.UU (5 de julio en España) saldrá a la venta, Walk the walk… Talk the talk. Igual que con el primero, en lo último que piensan es en sacar grandes beneficios. Así lo cuenta el propio Lemmy Kilmister.

¿Qué fue lo que os impulsó a montar The Head Cat?

Nos conocimos en el año 2000, mientras preparábamos un disco tributo a Elvis Presley con Johnny Ramone (Swing Cats: A special tribute to Elvis). Nos sentamos juntos y empezamos a tocar. Nos salieron más de 35 canciones del tirón, así que pensamos: “¿Por qué no hacemos un álbum, ya que estamos en el estudio?”. Nos pusimos a ello y en dos semanas lo teníamos listo.

¿Por qué ha pasado tanto tiempo entre álbum y álbum (el disco de 2006, Fool’s paradise, fue originalmente publicado en el año 2000 bajo otro nombre)?

El primer álbum se hundió sin dejar rastro. Lo sacamos con el sello Cleopatra, y no nos hicieron nada de publicidad. Me decepcioné un poco al no ver ni siquiera una crítica del disco en ningún sitio. Los tres nos vinimos abajo, supongo. Después seguimos dando algún concierto aquí y allá. Nos reunimos y nos volvimos a divertir otra vez así que… aquí está el nuevo disco. También es cierto que Motörhead no me deja mucho tiempo libre: siempre estamos dale que te pego.

¿Qué pueden esperar los fans de Walk the walk… Talk the talk?

Es rock and roll clásico, canciones que te hacen sentir bien. Es la música que hace que convenzas a tu novia para echar un polvo [Risas].

¿Habrá gira?

Todavía no lo sabemos, pero espero que sí. Yo estaré todo el verano tocando con Motörhead por Europa, así que espero conseguir un par de conciertos allí con The Head Cat.

¿Recuerdas el primer concierto de rock and roll que viste en tu vida?

Déjame pensar… Billy Fury. Recuerdo que se puso unas mallas de lamé plateado y todo el maldito lugar se vino abajo: la gente se volvió loca. Menos mal que no se sacó la polla: entonces no sé qué hubiera pasado. Todas las chicas que había en el concierto se rasgaban las vestiduras, así que pensé: “Este trabajo es para mí”. Más tarde vi a Gene Vincent y a los Nero and the Gladiators, que también fueron muy grandes en Inglaterra.

¿Nero and the Gladiators? No los conozco.

Se disfrazaban de soldados romanos para salir a tocar, y el pianista lleva un manto de color púrpura y una corona de laurel en la cabeza. Aquellos tiempos eran un desmadre.

En Lemmy, tu documental, hay una escena en la que sales hablando con Dave Grohl sobre Little Richard. ¿Es tu músico preferido?

Sí. Es por su voz, aunque su banda era muy buena también. Richard es el único que mantuvo a los mismos tipos tocando siempre con él. El resto cambiaban de músicos continuamente, usando a la gente de las ciudades donde iban a actuar. Por eso la cagaban. Recuerdo a Chuck Berry diciendo a los músicos que le acababan de presentar: “Cuando mueva mi hombro, cambia de nota”. ¿Cómo vas a tocar bien así?

Head Cat firmó su contrato en el sello de Ronnie James Dio [cantante de Black Sabbath], justo antes de que muriera [falleció en 2010].

Ronnie fue un gran hombre y además era muy divertido. Tenía un sentido del humor inglés, bastante oscuro. Pasamos muchas horas juntos en los camerinos, riéndonos sin parar. La gente piensa que fue un tipo serio, pero no es cierto. Él fue el que le compró a Phil Campbell [guitarrista de Motörhead] un vestido… y Phil salió con él montado en un caballo al escenario.