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Iniciativa del ministerio de espacio publico
Proyectan entrenar halcones para controlar a las palomas
Usarían treinta aves rapaces manejadas por entrenadores. Empezarían a actuar en Retiro y Recoleta. La técnica ya se utiliza en el Aeroparque.
En la era de la tecnología, el Gobierno de la Ciudad analiza recurrir a una técnica medieval para controlar la sobrepoblación de palomas en la Ciudad: la cetrería, el arte de cazar usando aves rapaces.
La idea del ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, es entrenar tres razas de halcones autóctonos, el peregrino, el plomizo y el pechirrojo. En un principio, serían treinta aves que actuarían en las zonas con más presencia de palomas: Recoleta y Retiro. Más adelante, se planea extenderlo a Palermo.
Provistos de cascabeles, guantes de cuero, correas y señuelos, los cetreros recorrerían las zonas prioritarias al menos una vez por mes (que los impulsores del proyecto consideran que es la frecuencia óptima para garantizar la efectividad del método). Para los técnicos del ministerio, la ventaja del control de plagas mediante cetrería es que, a diferencia de otros métodos, no afecta el ecosistema: los halcones son predadores naturales de las palomas, y ya se encuentran, aunque en cantidad reducida, en algunos puntos de la ciudad. Además, en la mayoría de los casos, las aves no son lastimadas, porque huyen ante la presencia del cazador.
Para el Gobierno, la otra ventaja de esta técnica es política: la legislación porteña no considera que las palomas sean una plaga, por lo que está prohibida su matanza. La idea a largo plazo es modificar su estatus para equipararlas con las ratas, los ratones y las cucarachas. Mientras tanto, se optó por recurrir a una opción “natural” y por lo tanto, permitida por la ley actual. “Se trata de un control biológico utilizando aves que ya existen en la ciudad”, explica Santilli. “Las palomas se reproducen a un ritmo alarmante y pueden transformarse en un problema sanitario”, considera.
La cetrería, una disciplina con más de 4 mil años de historia, era considerada el deporte de los reyes: en el Medioevo, los grandes señores utilizaban halcones y azores para cazar pequeños animales como entretenimiento. En los últimos tiempos se popularizó su uso como control de plagas. Los cetreros son usualmente contratados para espantar palomas en los aeropuertos, donde la proliferación de estas aves constituye un grave riesgo para la seguridad. En el Aeroparque Jorge Newbery, por ejemplo, se recurre a esta técnica. En el aeropuerto de Ezeiza, usan para esta tarea a dos perros border collie.
La viabilidad de la iniciativa será analizada durante esta semana en forma conjunta por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, la Agencia de Protección Ambiental y la ONG Aves Argentinas. Desde el Gobierno confían en poder anunciar el plan antes de que termine el año.
Sin embargo, algunos expertos en la disciplina presentan reparos. “En una ciudad es muy difícil manejar los halcones porque vuelan muy alto; tal vez con gavilanes sería más conveniente, porque están acostumbrados a los obstáculos”, considera Enrique Gómez, secretario de la Asociación Argentina de Cetrería. “Es un buen paso, pero también hay que remover los nidos”, agrega.
Carlos Fernández Balboa, Coordinador de Educación de la Fundación Vida Silvestre, también apunta a la prevención: “El crecimiento de la población de palomas fue producto del desmanejo del hombre. Es necesario limpiar los recovecos donde las palomas forman su hábitat”. Otro escollo para el plan podría ser sanitario. “Es necesario controlar a los halcones porque si tienen alguna enfermedad y contagian a las palomas podría haber una epidemia”, advierte Andrés Capdevielle, encargado del Proyecto de Conservación de Aves Rapaces del zoológico porteño. Si el plan prospera, la tradicional pelea entre halcones y palomas dejará de ser una metáfora política para transformarse en una realidad cotidiana para los porteños.
Proyectan entrenar halcones para controlar a las palomas
Usarían treinta aves rapaces manejadas por entrenadores. Empezarían a actuar en Retiro y Recoleta. La técnica ya se utiliza en el Aeroparque.
En la era de la tecnología, el Gobierno de la Ciudad analiza recurrir a una técnica medieval para controlar la sobrepoblación de palomas en la Ciudad: la cetrería, el arte de cazar usando aves rapaces.
La idea del ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, es entrenar tres razas de halcones autóctonos, el peregrino, el plomizo y el pechirrojo. En un principio, serían treinta aves que actuarían en las zonas con más presencia de palomas: Recoleta y Retiro. Más adelante, se planea extenderlo a Palermo.
Provistos de cascabeles, guantes de cuero, correas y señuelos, los cetreros recorrerían las zonas prioritarias al menos una vez por mes (que los impulsores del proyecto consideran que es la frecuencia óptima para garantizar la efectividad del método). Para los técnicos del ministerio, la ventaja del control de plagas mediante cetrería es que, a diferencia de otros métodos, no afecta el ecosistema: los halcones son predadores naturales de las palomas, y ya se encuentran, aunque en cantidad reducida, en algunos puntos de la ciudad. Además, en la mayoría de los casos, las aves no son lastimadas, porque huyen ante la presencia del cazador.
Para el Gobierno, la otra ventaja de esta técnica es política: la legislación porteña no considera que las palomas sean una plaga, por lo que está prohibida su matanza. La idea a largo plazo es modificar su estatus para equipararlas con las ratas, los ratones y las cucarachas. Mientras tanto, se optó por recurrir a una opción “natural” y por lo tanto, permitida por la ley actual. “Se trata de un control biológico utilizando aves que ya existen en la ciudad”, explica Santilli. “Las palomas se reproducen a un ritmo alarmante y pueden transformarse en un problema sanitario”, considera.
La cetrería, una disciplina con más de 4 mil años de historia, era considerada el deporte de los reyes: en el Medioevo, los grandes señores utilizaban halcones y azores para cazar pequeños animales como entretenimiento. En los últimos tiempos se popularizó su uso como control de plagas. Los cetreros son usualmente contratados para espantar palomas en los aeropuertos, donde la proliferación de estas aves constituye un grave riesgo para la seguridad. En el Aeroparque Jorge Newbery, por ejemplo, se recurre a esta técnica. En el aeropuerto de Ezeiza, usan para esta tarea a dos perros border collie.
La viabilidad de la iniciativa será analizada durante esta semana en forma conjunta por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, la Agencia de Protección Ambiental y la ONG Aves Argentinas. Desde el Gobierno confían en poder anunciar el plan antes de que termine el año.
Sin embargo, algunos expertos en la disciplina presentan reparos. “En una ciudad es muy difícil manejar los halcones porque vuelan muy alto; tal vez con gavilanes sería más conveniente, porque están acostumbrados a los obstáculos”, considera Enrique Gómez, secretario de la Asociación Argentina de Cetrería. “Es un buen paso, pero también hay que remover los nidos”, agrega.
Carlos Fernández Balboa, Coordinador de Educación de la Fundación Vida Silvestre, también apunta a la prevención: “El crecimiento de la población de palomas fue producto del desmanejo del hombre. Es necesario limpiar los recovecos donde las palomas forman su hábitat”. Otro escollo para el plan podría ser sanitario. “Es necesario controlar a los halcones porque si tienen alguna enfermedad y contagian a las palomas podría haber una epidemia”, advierte Andrés Capdevielle, encargado del Proyecto de Conservación de Aves Rapaces del zoológico porteño. Si el plan prospera, la tradicional pelea entre halcones y palomas dejará de ser una metáfora política para transformarse en una realidad cotidiana para los porteños.
Código:
http://www.perfil.com/ediciones/2011/12/edicion_635/contenidos/noticia_0020.html
Honestamente, no sabía si postearlo acá o en webeando
