¿Alguna vez se han preguntado qué le pasa a la gente que es insultada por decir cosas horrendas online? Yo no, porque soy algo tonto y me gusta pasar mi tiempo libre pensando en helados. Sin embargo, Jon Ronson de New York Times sí lo hizo, y descubrió que el castigo suele encajar con el crimen. (...) Hagan un comentario que la gente de Internet deteste y pueden empezar a despedirse de tu carrera, amigos, y citas amorosas.


Es preocupante que la Internet pueda convertir un chiste bobo en una experiencia arruinadora de vidas, pero lo que es aún más alarmante es que es la forma en que funciona la Internet la que está diseñada para hacerlo. Así que si tienen la tentación de insultar a alguien que fue acusad@ de cagar a [alguien], tengan en cuenta que...

5. La Internet no está diseñada para manejar los matices de la justicia

Tal y como muestra la desafortunada existencia de Upworthy y su tribu, las sutilezas y los matices no son recompensados en la Internet. "Al parecer, esta moza fue engañada por un cliente, así que vamos a investigar y en uno o dos días les informaremos" no es un título llamativo. Sin embargo "Una moza recibió un insulto racial en lugar de una propina" lo es, y la gente se ve atraída por eso. Eso hace hervir mi sangre mucho más que las cosas que les sirven a los racistas.


Todo lo que hay que saber, compartir, e indignarse está ahí mismo en el título. Es verdad, si leen todo el contenido hasta el tercer párrafo van a encontrar que todo el incidente fue una suposición, ¿pero quién tiene tiempo para eso cuando pueden comenzar a juntar "likes"? David Bell de Cracked señaló que "alleged" (presunto, supuesto) significa "fake" (falso) pero que la verdad tarda más de un mes en aparecer. Para ese entonces, los usuarios furiosos de Internet habrán ido a sus locales de comida para cagar en las cocinas. O eso me contaron.


La forma en la que compartimos contenido no incentiva artículos profundos que contengan contexto clave. Por ejemplo, digamos que algún imbécil inescrupuloso está celoso de algo que hago y comienza a hacer circular un rumor (...). Quizás truca de alguna foto con mi cara, o saca un viejo chiste que hice y lo muestra fuera de contexto. Sea cual sea su estrategia, lleva a títulos como el del párrafo que está al principio de este punto.


Naturalmente quisiera defenderme de estas acusaciones infundadas, pero es muy difícil explicar esos chistes en 140 caracteres. Así que escribo un post en mi página donde explico [todo lo que hago], los chistes que digo (...) y cómo es que esas acusaciones no tienen sustento.

Pero para cuando puedo escribir eso, la historia original ya se habrá esparcido como reguero de pólvora. Aún si sé sobre las acusaciones y me preparé para defenderme, un ensayo no puede competir contra los títulos llamativos siendo compartidos impulsivamente. Mucha gente no leería jamás los argumentos de mi defensa, si supieran que la hice.

Y esto es lo que nos impide sugerir un castigo apropiado. Nunca es "Esta persona debería arrepentirse y prometer no hacerlo más". No, siempre es "Esta persona debería sufrir castigo eterno". Una vez que la pandilla de Internet comienza a demandar sangre virtual, sugerir una opción menos extrema es imposible. La Internet va a esos extremos porque eso es lo que da como recompensa. La misma mentalidad pandillera que hace que una historia sea popular es la que hace que sea imposible discutir racionalmente. Y en cuanto a cómo estas historias se vuelven populares, bueno...

4. Las redes sociales alimentan la desinformación

(...) [Facebook,] Tumblr y Twitter alimentan la desinformación a través de sus funciones de retweeting/retumbling/reblogging/re-loquesea, lo que le permite a la gente tener un post sin eso que mata la diversión: el contexto. Pueden postear todo lo que quieran, pero si una docena de gente ya reblogueó su post original (o no vieron su corrección más adelante), entonces la acusación infundada se habrá esparcido exponencialmente. Es como intentar luchar contra el apocalipsis zombie: detener al paciente 0 es importante, pero si este ya mordió a 10 personas, van a tener un problema aún más grande en tus manos. Porque esos 10 van a ir y morder a 10 más cada uno, y cuando se den cuenta, cada zombie del mundo los va a detestar.

Y para peor, todos esos reblogs van a ser eliminados de cada discusión seria sobre el tema. Van a estar tapados por reblogs de cupcakes y memes sobre gatos. Ese es un escenario que desalienta el pensamiento crítico (...). Van a aceptar "Esta receta es genial" y "Ew, este tipo hace cosas obscenas" como cosas con igual valor de verdad, porque no hay razones para no hacerlo. ¿Por qué lo compartirían si no fue verdad? Recuerden que no hay contexto o diálogo en absoluto que sugiera que el tema es debatible. Ni siquiera si hay alguna razón para ahondar más en el tema. Después de todo, confian en la gente que estás siguiendo en MySpace y MapQuest ¿no?

Además, los medios sociales son tan casuales y voraginosos que es muy difícil pensar que sus usuarios son personas reales con vidas propias más allá de su nombre de usuario, y entonces es fácil concluir que la cantidad de pensamiento que ponen en su situación y destino potencial se desploma. Así que si comparten un chiste de poco gusto y luego piden disculpas por ese chiste una hora después, prepárense para enfrentarse a años de desprecio por su comentario inicial. Es como intentar luchar contra un incendio forestal con una pistola de agua: para cuando apaguen las últimas llamas, el otro extremo del bosque se habrá incendiado de vuelta.

3. Nos enojamos con los conceptos abstractos pero castigamos a los individuos

Cuando vemos una de esas historias potencialmente truchas (...) no nos importa saber nada de este don nadie anónimo al que nunca vamos a conocer. No, pensamos en aquella vez que nosotros o alguien cercano a nosotros fue engañado mientras trabajaba en X industria. [El abusador] se convierte en el imbécil que se burlaba de nosotros hace un tiempo. Y luego comenzamos a pensar sobre las injusticias generales de la industria X, y después nos enojamos con la sociedad en general.


Enojarse es bueno, porque muy pocas cosas positivas surgieron de la felicidad y el conformismo. Pero no podemos hacer nada con respecto a problemas muy complejos desde el confort de nuestra casa, porque muy pocos insurgentes estarían bien viéndonos en ropa interior y distrayéndonos con videos de YouTube. Así que convertimos a un Pepito cualquiera que haya hecho una joda remotamente sexista en una conferencia de tecnología en símbolo de todo lo que está mal con la industria de la tecnología, lo que nos permite direccionar toda nuestra ira hacia él. Es bueno que nos haga enojar la pelea de la industria tecnológica contra el sexismo. Pero si todo lo que hacemos es tomar individuos machistas y luego despedazarlos, estamos castigando desproporcionadamente a un individuo en lugar de atacar el problema de raíz.

Nadie aprende una lección, y nadie inspira cambios. Nos estamos descargando. Sería lo mismo que combatir el cáncer creando una efigie gigantesca de un tumor y quemándola en la plaza. Es más satisfactorio que apoyar financieramente la investigación, y los junta a todos para hablar de lo mucho que odian al cáncer, pero al final del día no se consigue nada.

No estoy en posición de demandar que en lugar de destruir gente por cosas nimias salgan y peleen por cambios sociales mucho más grandes, (...). Pero piensen en las cosas que estas campañas de venganza están intentando conseguir, y luego piensen sobre el resultado final que consiguieron. ¿De verdad creen que alguien que hizo un chiste sexista va a rever el error que cometió después de pasar toda la semana en su sillón pensando en ello porque perdió su empleo? ¿O que quizás termine escuchando al único grupo humano en la Internet que no le está diciendo que es una basura humana? Porque si ese grupo está compuesto por la clase de gente que cree que todas las mujeres son zorras que oprimen al hombre, llevar al ostracismo a un muchacho que hizo una contribución muy nimia al problema solamente lo va a terminar llevando al lado oscuro. Y eso nos va a dejar con más problemas para estar "preocupados" en el futuro.

2. Preferimos la ira y la venganza antes que los hechos

Hay una razón por la cual los títulos inductores de ira funcionan: estar enojado es divertido. Finalmente pueden usar ese insulto sagaz que estaban guardando porque, si bien podría ser inapropiado usarlo contra un compañero de trabajo que detesten, no hay nada lo suficientemente inapropiado para alguien que fue convertido en un paria por culpa de Internet. Llámenlo chupaculos tanto como quieran, porque están escuchando y leyendo cosas aún peores.

No hay límites en cuanto a los beneficios. Normalmente, decir, "la moza debería tener una mejor propina" o "la industria tecnológica debería ser más inclusiva" no inspira reacciones, porque son opiniones no controversiales y estandarizadas que sería sorpresivo que no las tuvieras. Pero una vez que la Internet encontró un objetivo, compartir esas mismas opiniones de repente los convierten en héroes defendiendo al muchacho. Podemos darnos palmadas en las espaldas por estar del lado de la decencia humana común. En la vida diaria no se recompensa el no ser un hijo de puta: es de esperar que no golpeen a su vecino por la nuca, sin importar que tan horrendo sea lo que esté haciendo. Pero historias similares suelen viralizarse, y es el hecho de resistir la tentación a unirse a la masa indignada la que nos puede dar satisfacción, por más titánica que sea esa tarea. Es el equivalente adulto de un premio.

Les voy a contar un secreto oscuro de mi. Si buscan heroina, conozco un muchacho. Además, me gusta navegar por sitios llenos de gente horrible: Free Republic, activistas antivacunas, grandes porciones de Reddit, etcétera; y maravillarme al ver las opiniones sorprendentes que pueden encontrarse. Es una pérdida de tiempo, y es algo un poco arrogante. Pero si me siento devastado moralmente (...) navegar esos sitios hechos para desquiciados me alegra un poco el día. Puedo decirme a mi mismo, "bueno, quizás la cagué, pero al menos no creo que las vacunas causen el SIDA."

Saber que tienen razón con respecto a algo se siente bien, y golpear en grupo a un pobre bastardo hace que la Internet entera disfrute esa sensación. Es un "circle jerk" emocional. (...) El problema es que si hacer un chiste bobo racista en Twitter te da la medalla dorada de las Olimpiadas de Actividad Inapropiada en Internet, demostrar qué tan anti-racistas son apurándose a insultar al ganador les allana el camino para llegar al segundo lugar. Si se sienten enojados para sentirse superiores, se están enojando por las razones incorrectas. Pero enojarse por las razones adecuadas no les permite liberar ese insulto sagaz que se estaban guardando, lo que hace que el camino a la madurez sea muy duro.

1. No hay motivo para hacer el bien

Tal y como Spike Lee nos enseñó en She's Gotta Have It, es importante hacer lo correcto. Pero (...) todos necesitamos motivación. Con frecuencia, el hecho de que es lo correcto es motivación en si misma, como cuando ayudan a un anciano a cruzar la calle (...): se sentirían mal si no lo hicieran. Pero cuando están ayudando a ese hombre a cruzar la calle no ven a la gente acercarse, (...) y acusarlos de querer acostarse con ese hombre, y eso es lo que separa el hacer el bien en la vida real de hacer el bien online.

Si miles están descargándose contra un pobre infeliz, y un extraño se pone en su defensa, ese extraño puede prepararse para una catarata de aberraciones. Por ejemplo, los defensores de las mujeres atacadas por el Gamergate, quienes obtuvieron como recompensa una cantidad de amenazas y obscenidades. Defender el mayor objetivo de Internet es una forma segura de convertirse en un objetivo, y usualmente no vale la pena el dolor y la bronca.

A nivel profesional, un sitio que lleva un análisis calmo y completo de los hechos tres días después de la irrupción de una historia va a tener una millonésima parte de las visitas que aquel que publicó la versión falsa y sensacionalizada. Este último podrá terminar retractándose, pero no lo van a hacer para no mostrar su propia ineptitud. Los sitios que quieren revisar los hechos, como Snopes, son la clase exacta de sitios que no tienen mucha audiencia en la cultura que crea esos vagones en primer lugar. (...)

Todos tenemos un medidor de mierda que se apaga cuando sentimos que una historia es demasiado buena para ser verdad. Y creo que la única solución a este problema es ajustar los medidores de ira. Es definitivamente una lección que tuve que aprender: si una historia hace que la sangre hierva y de ganas de enfurecerse ante las injusticias del mundo (...) hay que tomar un respiro profundo antes de apretar "compartir" o calmar su sentido de sarcasmo. No es satisfactorio guardarse el dedo del medio, pero si muchos de nosotros lo hacemos, la Internet va a ser un lugar muchísimo mejor. Y aún así van a poder seguir sintiéndose superiores sintiéndose mejor en paz que la gente que se comió la última historia. ¡Todos ganamos!

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