Beto Ceriotti: "los últimos despelotes ocurren con bandas rolingas"!
Mientras dialoga con el programa Popurri Metal, se escucha el furioso ladrido de un perro. “Ese soy yo”, bromea a través del teléfono Roberto Ceriotti, integrante de Almafuerte, una de las bandas más representativas del heavy metal nacional. Allí, con su querido bajo, acompaña la figura del mítico Ricardo Iorio. “Puede tener la voz ronca, estar muy loco o tener defectos, pero cuando tenés un problema el primero que aparece es Ricardito”, aclara.
La mayoría de los archivos, documentos y diarios marcan que el nombre que le designaron sus padres es “Alberto”. Sin embargo, él se encarga de desmentir esa falsa verdad cada vez que se presenta la oportunidad. Y afirma: “Me pueden decir Beto, pero mi nombre es Roberto. Si se puede revertir esa tendencia estaría bueno, por eso lo corrijo de a poquito”.
-¿Quiénes son tus referentes en el mundo de la música?
-De acá, el señor Willy Quiroga y Eduardo Fresa porque, aparte de ser excelentes músicos, son excelentes personas. No es fácil juntar ambas características. De afuera, mis dos gurues siempre fueron Roger Glover y Michael Butler. No me gustan los pistoleros, aquellos que hacen malabarismo con los instrumentos; sí los bajistas que tocan en pos del tema que están tocando. Por eso no te nombro ningún ‘virtuoso’, sino gente que toca pensando en lo que necesita el tema. Eso para mí es tocar bien.
-¿Cómo nació tu relación con el bajo?
-No tengo ningún talento, soy lento (risas). Sí es algo que llevo en el alma desde muy chico, algo generacional. Comencé porque un amigo me había preguntado si no me animaba a tocar el bajo, ya que de chico tocaba la guitarra. Y me animé porque siempre fui caradura. Me atrapó el sonido, me voló la cabeza, y de ahí en más seguí tocándolo.
-Desde sus comienzos a hoy, ¿percibís algún cambio en el heavy metal?
-Vengo de una etapa experimental, que consistía en la búsqueda de cosas nuevas y que propuso V8. “Basta de llorar, empecemos a hacer algo ya, urgente”, ese fue el mensaje de las viejas filmaciones. Antes estaban todos los hippies que decían: “Uy, loco, está todo mal”. Vino V8 y paró esa sensación. Hoy ya está todo mucho más maduro, antes no te daba bola nadie y pensaban que éramos una manga de boludos que nunca íbamos a lograr nada. Sin embargo, hoy voy a tocar a la provincia de Jujuy y veo a un nenito con la remera de V8 y se me caen las lágrimas. Se rompió el prejuicio que decía que los metaleros sólo eran mogólicos que tiraban cadenazos por todos lados. Ahora se ha modificado todo eso, y los últimos grandes despelotes de los recitales no ocurren con grupos de rock pesado, sino con las bandas rolingas.
-Igualmente, incidentes como el de Cromañon le pudo haber pasado a cualquiera.
-Es la mentalidad. ¿Por qué en los conciertos de heavy metal no vas a escuchar de ningún problema? Cuando tocan los Rolling Stones en cancha de River tienen que poner tres filas de policías porque siempre hay 100 pelotudos que quieren entrar de guapos. En Cromañon también había esa gente, y por eso estaban las trabas en las puertas para que no las rompan a patadas. Qué vos le dejes tu hijo a una cuidadora en un guardarropa, por dos pesos, es una cuestión de ignorancia. Sea cual sea la música que escuche, yo no le dejo mi nene a una mina en un baño de bar ni en pedo. En ese accidente que sucedió ahí, que fue una tristeza muy grande, yo responsabilizo más a la ignorancia. Si vos le decís a una persona “Loco, no hagas tal cosa porque te vas a matar”, y lo hace…¿Vos no sabés que no podés tirar bengalas en un lugar cerrado, flaco? En las fiestas de fin de año, ¿tirás cañitas voladoras en el comedor de tu casa o afuera? Todo es consecuencia de un modo de ver la vida completamente diferente. Y lo digo con el mayor respeto hacia los desaparecidos, pero a la larga iba a pasar. Si vos jugás con un revolver, en algún momento se te va a escapar un tiro. Andá a cualquier fiesta de metal y fijate si hay alguna desgracia. A lo sumo podrá haber dos borrachos que se agarren a los tortazos, como suele suceder cada vez que se junta mucha gente en un punto de reunión. Siempre algún boludo con otro se van a pelear.
-Está el prejuicio sobre la droga en el Metal, pero hay estilos como la Electrónica que mueve mucha más.
-Es más y más cara, encima. Pero como ahí va gente de dinero no se le llama ‘droga’, le ponen otro nombre. Siempre pasó, pasa y pasará lo mismo: hay que pegarle al más débil. La música electrónica cuenta con el apoyo de grandes empresas y se mueve muchísimo dinero. En las fiestas de metal que se hacen en Argentina no ves compañías importantes que patrocinen. Tres décadas atrás debíamos pagar los lugares dónde íbamos a tocar, invitar amigos y sacar plata de nuestro bolsillo. Nosotros éramos hijos de trabajadores, no de millonarios como Charly García. Nuestros padres eran verduleros, camioneros, trabajaban en fábricas. Donábamos nuestra propia sangre.
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