Novena visita de la Doncella de Hierro a pagos argentos. Mi octavo Maiden. El más grande de todos. En esta ocasión, la Doncella le fue infiel al Fortín de Liniers y al estadio de Ferrocarril Oeste (donde tocaron dos veces: en su debut en Argentina el 25 de julio de 1992 y en el primer tramo del Somewhere Back In Time Tour el 7 de marzo de 2008) para darle lugar, por primera vez en su historia, al Monumental de Nuñez, estadio en el cual estuvieron a punto de debutar el 28 de marzo de 2009 en el marco de la tercera jornada del festival Quilmes Rock. Finalmente, el festival se pasó al estadio Amalfitani de Liniers. Ese día, la Doncella tocó junto a
Lauren Harris (una de las nenas de Steve),
Sepultura y los locales
O´Connor y
Horcas.
Bueno, basta de historia. Vayamos al presente.
Iron Maiden,
Slayer y
Ghost, entre otras bandas, dieron el presente en el mítico Rock In Rio. Incluso
Alice In Chains, que debuta en Argentina el día de hoy, sábado 28 de septiembre, pero en el estadio Luna Park. Todas ellas, aprovecharon la ocasión para cruzar la frontera y visitar Argentina. Ni bien se abrieron las puertas del Monumental, comenzó a sonar
Lovorne, banda liderada por Luciano Napolitano, hijo del fallecido Norberto "Pappo". Muchos se enteraron del soporte local el día anterior, horas antes e incluso una vez dentro del estadio. La banda hizo de las suyas durante unos veinte o treinta minutos. El siguiente acto, a las 18:30:
Ghost, banda sueca liderada por Papa Emeritus II, acompañado por los Nameless Ghouls. Si, nadie da la cara. Ni siquiera sus nombres. Es parte de la magia de Ghost. Los suecos abrieron con
"Infestissumam", siguieron con
"Per Aspera Ad Inferi",
"Con Clavi Con Dio",
"Stand By Him",
"Prime Mover",
"Year Zero",
"Ritual" y cerraron con
"Monstrance Clock", pasando así por algunos momentos de
"Opus Eponymous" e
"Infestissumam", sus dos discos de estudio. El sonido fue bueno. Ni regular ni muy bueno. Un show cumplidor a secas.
A las 19:40, las baldosas plásticas del campo comenzaron a volar. Si, señoras. Slayer nuevamente en Argentina. O al menos el 50% de la banda. O el 75%, según como lo quieran ver. Tom Araya, Kerry King, Paul Bostaph y Gary Holt abrieron a todo trapo con
"World Painted Blood" para posteriormente seguir con siete temas más previo a los bises, momento en el que el telón rindió homenaje al fallecido Jeff Hanneman. Los bises consistieron en los siempre efectivos y demoledores
"South Of Heaven",
"Raining Blood" y
"Angel Of Death". No llovió sangre. Pero llovieron baldosas.
"Yeah, I know. I said `cinco minutos´ cinco minutos ago"A las 20:55, es decir cinco minutos antes del horario pactado para que
Iron Maiden de el presente formalmente en Argentina por novena vez en su carrera, comenzó a sonar el clásico
"Doctor Doctor" de
UFO, una de las bandas favoritas de Steve Harris. Todo indicaba que el show comenzaría en horario. Y así fue. Luego de una obertura acompañada con proyecciones de glaciares, recreando el Seventh Tour Of A Seventh Tour de 1988, aparecieron los protagonistas de la noche, pirotecnia mediante, de la mano de
"Moonchild", tema que los argentinos solo pudieron disfrutar una vez en el marco del antes mencionado Somewhere Back In Time Tour en el estadio Ferrocarril Oeste. Promediando el tema, el frontman Bruce Dickinson dejó de cantar y comenzó a señalar a un grupo de gente que se encontraba sobre la valla de contención. Nadie entendía nada. Una vez terminado el tema, Dickinson comentó que la valla de contención se había vencido producto de la gigantesca masa de personas. Según el mismísimo Bruce, 56.000 personas, siendo así la fecha más convocante de la banda en Argentina (en su anterior visita, también según Dickinson, fueron 42.000 los presentes en Vélez). El show estuvo parado durante la friolera de veinte minutos mientras los técnicos y el personal de seguridad se encargaron de la refacción del vallado. Mientras tanto, el carismático y multifacético Bruce entretuvo al público como pudo, no sin antes pedir calma, cinco minutos (cada cinco minutos) y "dos pasos para atrás" para que la gente encargada de la refacción, encabezada por un tal Patrick (mencionado repetidamente por el cantante) pudiese trabajar. Durante estos veinte minutos, mientras el vallado era arreglado, pasaron varias cosas. Bruce tocó la batería. Nicko McBrain hizo un solo (es la primera vez que Nicko nos deleita con un solo!). Steve Harris nos mostró su peor cara de culo. Adrian Smith hizo un fragmento de
"Little Wing" de
Jimi Hendrix muy por lo bajo, como para matar su aburrimiento. Dickinson hizo que la gente coreara el puente de
"Heaven Can Wait". E hizo la obertura de William Tell con su boca, más precisamente con sus cachetes, con lo que se llevó todos los aplausos. Un frontman como los que no existen. Una vez solucionado el contratiempo, Dickinson contó hasta cuatro y comenzó
"Can I Play With Madness" seguida de
"The Prisoner", primera vez que esta pieza es ejecutada en Argentina. Otro gran momento del show fue el inesperado para muchos
"Afraid To Shoot Strangers", perteneciente a
"Fear Of The Dark", disco que nada tuvo que ver en el Seventh Tour Of A Seventh Tour que
Iron Maiden vino a recrear. No obstante, se llevó sus buenos aplausos. Luego de cinco temas correspondientes a distintas épocas, comenzó a sonar lo que muchos esperaban:
"Seventh Son Of A Seventh Son", una de las obras más largas y progresivas de
Iron Maiden. Siguieron pasando los clásicos, enormes lenguas de fuego y Eddies varios mediante, los bises (de la mano del discurso de Churchill previo al infalible
"Aces High"), hasta que le llegó el turno a
"Running Free", último tema del set, en donde Bruce dijo unas palabras y presentó a la banda, todo mientras Harris y McBrain seguían el tema. 23:30 comenzaron a prenderse lentamente las luces del estadio y comenzó a sonar el ya clásico
"Always Look on the Bright Side Of Life" de Monty Python al final de los shows de Maiden, para que la gente, literalmente, se fuera silbando bajito.
Y ahora me tengo que detener a hablar del sonido: PESIMO. Lisa y llanamente. Y en mayúsculas. Me animo a decir que de mis ocho experiencias de
Iron Maiden en vivo, esta fue la peor en cuanto a sonido se refiere. Y eso que me han dicho que la primera fecha de la banda en Argentina (1992) fue mala también en cuanto a sonido. Ya desde el arranque de
Ghost supe que algo no andaba bien. Opté por pensar que se trataba de un contratiempo temporal. Pero con
Slayer el sonido tampoco fue el mejor. Sobre el final del show de los de Araya, comencé a preocuparme por el show del plato fuerte de la noche. En mi caso puntualmente, el factor nostalgia superó la mala sangre del sonido. Siendo fanático de Maiden, dejé pasar el mal trago del sonido. Lógicamente hubiese querido que, mínimamente, la Doncella suene como en 2011, en Vélez Sarsfield, precisamente en el marco del The Final Frontier World Tour (a mi criterio, la mejor fecha en cuanto a sonido). Pero no. El show de anoche sonó mal. Muy mal. No quiero echarle la culpa al sonidista porque no se, a ciencia cierta, si se trató de un error humano o no.
Lo único que se, llámenle premio consuelo, es que vi a Maiden por octava vez en mi vida; presencié
"The Prisoner",
"Seventh Son... " y
"Afraid To Shoot Strangers" en vivo, deleité mis ojos y oídos con un honesto solo de Nicko McBrain, vi a Bruce Dickinson tocar la batería... y escuché un solo de cachetes de su parte. Ya nada más importa.
Setlist:
01. Moonchild
02. Can I Play With Madness
03. The Prisoner
04. 2 Minutes To Midnight
05. Afraid To Shoot Strangers
06. The Trooper
07. The Number Of The Beast
08. Phantom Of The Opera
09. Run To The Hills
10. Wasted Years
11. Seventh Son Of A Seventh Son
12. The Clairvoyant
13. Fear Of The Dark
14. Iron Maiden
15. Aces High
16. The Evil That Men Do
17. Running Free
Código:
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