Emoción, revolución y thrash de sol a sombra...


Viernes 25 de Noviembre - Arena Recoleta

El Arena Recoleta reventó, así de simple. Lo del viernes fue un show de los grandes, y no tanto por el número de asistentes, sino por la cantidad de energía liberada tras nada menos que seis presentaciones seguidas de puro thrash metal. ¿Agotador, no?. Mucha fuerza, mucha entrega; la mejor imagen que podría ofrecer para graficar esto es la de un emocionadísimo Tony Portaro, quien grababa al público chileno con su celular mientras sostenía nuestra bandera junto a Dank Delong... ¡el guitarrista simplemente no se podía creer lo que pasaba frente a sus ojos! Notable. A todo esto, nosotros tampoco lo hacíamos, porque la presentación de estos legendarios chicos de New Jersey estuvo realmente a otro nivel.

Pero el evento no estuvo ausente de problemas. Por ejemplo, las puertas del local no se abrieron hasta pasadas las seis de la tarde, exactamente con treinta y cinco minutos de retraso; también hubo numerosas complicaciones con el sonido y cortes de luz ocasionados, curiosamente, por la imprudencia de algunos fans irresponsables. No obstante, puedo decir que nada de esto afectó realmente el desarrollo del recital, pues las bandas, en su mayoría, se tomaron las cosas con tranquilidad, e incluso se dieron el lujo de bromear con el público cuando estas situaciones ocurrían.

Los más perjudicados fueron los chicos de CxDxRx, quienes iniciaron su presentación cuando aún no habían entrado todos los asistentes que hicieron fila afuera del recinto. He de suponer que la necesidad de lanzar tan rápido al primer telonero estaba en recuperar el timming original del evento, cuestión que no ocurrió nunca. A pesar de esto, la energía contenida sirvió para armar los primeros “mosh pit” de la tarde con temas como 'Chupacabros', 'Borrachos' y 'Minifalda'. Risas no faltaron tampoco, era cuestión de ponerle atención a las letras de ‘Vieja culia’, ‘T.V. de mierda’ o ‘Fingir amistad’ (esta última dedicada a todos los “chaqueteros”). Fueron un poco más de veinte minutos los que la banda estuvo arriba del escenario antes de dar paso a la siguiente agrupación.

Los siguientes en aparecer fueron los muchachos de Maniac Revenge, quienes hicieron gala de una buena ejecución musical. Ya con una mesa de sonido más estable, la banda se lanzó con un corto pero potente setlist de seis temas, que inició con 'Global Lunacy' y no dio descanso hasta 'Alien invasión', tema insigne del conjunto, también dedicado a “todos los que tiran pa' abajo” a los artistas nacionales. Gonzalo Galdames (voces) aprovechó de burlarse de “todas esas bandas apitutadas que tocan con grupos grandes”, a la vez de sacar risas al fingir ser un “flaite” cuando promocionaba su propio cassette. 'Elimination', 'White man's hist', 'Strike of the Maniac’ y 'Society' fueron los demás temas interpretados, todos sin mayores problemas, salvo una correa rebelde que insistía en molestar a uno de los guitarritas.

Pero desde Toke De Keda el ambiente cambió. No sólo porque había más gente en la arena -que a esas alturas ya comenzaba a convertirse en un verdadero ring de combate-, sino porque la agrupación nacional dio al evento un matiz político que marcó todo el show. Basta con fijarse en canciones con nombres tales como 'Mosh y conciencia', 'Boikot electoral' y 'No más terrorismo de estado' para describir el mensaje de esta agrupación. Ellos también se dieron el tiempo de bromear: “Gracias a todos los que nos invitaron a compartir escenario con la leyenda de New Jersey, BON JOVI”, dice el vocalista a mitad de su presentación, causando con ello una risotada general.

Y definitivamente se hicieron sentir, porque el público reaccionó positivamente a todas su canciones. “Esto no se puede quedar aquí, si no, no servimos pa ni una weá”, declaran antes de retirarse del escenario donde dejaron los ánimos bien arriba. Pero ojo, si la calidad de los shows iba “in crecendo” presentación a presentación, esto terminó de hacerse patente con la aparición de Disaster. Los de Melipilla vinieron a revolucionar a los -ya medios agotados- asistentes con sus coloridos instrumentos (literalmente), moviendo a todo el mundo al ritmo del homónimo tema 'Disaster', 'Fosa común' y el más que potente sonido de 'Thrash metal'.

Justamente aquí vuelven los problemas. Eran ya cerca de las nueve cuando toda la presentación se interrumpió por un bufido de sorpresa general: resultó que, aprovechándose de la noche, una serie de desubicados entró a la mala al recinto, formando una avalancha en la muralla lateral izquierda del Arena Recoleta. Pedro Cavieres, quien ya tenía suficiente presión al estar tocando contra reloj, tuvo que parar la música y calmar a medio mundo para que no se formara una gran pelea, convenciendo a los asistentes de que disfrutaran de los temas restantes (entre ellos 'Motosierras del mal' y 'Criaturas de la noche'). Sin embargo, el daño estaba hecho para todo el concierto, simplemente porque en medio de su redada, los tramposos pasaron a llevar una conexión eléctrica. Esto provocó después continuos cortes de luz en las presentaciones de Violator y Whiplash.

Este hecho es, justamente, el que marca el inicio del concierto de los brasileños. Violator entró a las nueve y treinta minutos al escenario, media hora después de la salida de Disaster, sólo para encontrarse con que sus instrumentos no sonaban como debían. Y, mientras en el backstage había un ambiente relajado, momento en el cual las agrupaciones aprovecharon de sacarse fotos con los músicos de Whiplash, Pedro Arcanjo y Marcelo Cambito vivían momentos de suma tensión frente al público tratando de hacer partir el concierto. “¿Por que no quieren pagar un concierto underground?”, preguntaría luego el desconcertado vocalista cuando tuvo que parar -por segunda vez- su show para que los técnicos pudieran solucionar el problema de voltaje.

Más allá de aquellos inconvenientes, el concierto tomó un rumbo no solamente duro, también muy emotivo. En perfecto español Pedro Arcanjo comunicaba su felicidad de estar de vuelta en nuestro país, así como también “el gusto de tocar junto a una leyenda del thrash, así como también de compartir escenario con músicos chilenos”. El concierto inicia entonces con 'Ordered to thrash', momento en el cual el público termino de enloquecer, y con razón. ¡Qué presencia lo de estos chicos en el escenario! Arcanjo frente al micrófono parecía llenar todo el escenario y, sin embargo, sus palabras y actitudes matizaban esta imagen de rockstar con una profunda humildad y agradecimiento de artista.

Antes de continuar, Arcanjo pide una disculpa general por el retraso: “viajamos desde Brasil y no pudimos llegar a la prueba de sonido”, aunque a nadie parece molestarle mientras continúen tocando. Siguen con 'United for Thrash', con un David Araya (único integrante chileno) que lo daba todo sobre el escenario en la batería. Empieza a salir humo sobre el escenario, sólo para aumentar la sensación de oscuridad con la cual estaban trabajando los brasileños. Iban a iniciar 'Deadly', cuando un desconocido sube a anunciar el problema de voltaje, razón por la cual el concierto para tres minutos mientras Pedro cuestiona a los fans que no quisieron pagar, aprovechando también de reflexionar sobre la escena under.

El concierto retoma su rumbo. Otro hecho notable: luego de interpretar 'Toxic Death' del disco “Chemical Assault”, la banda hace un stop para hacer otra declaración de orden político, esta vez relacionado con el ya controvertido conflicto educacional. Arcanjo felicita y declara su apoyo a los estudiantes chilenos por “enfrentarse a las injusticias”. Esto tendrá una reacción positiva en el público, hay aplausos, y Marcelo Cambito (quién llevaba un despeño impecable) se sonríe antes de lanzarse con ‘Poisoned by Ignorance, que abre el “Anhilation Process” del 2010. El público está eufórico, pero poco a poco comienza a estar más atento al escenario que al propio desorden de la cancha.

Entre 'Brainwash possesion' y 'Futurephobia' se producen dos momento extraños. El primero es un anuncio atípico en la carrera de la banda, pues “por primera vez en su historia”, según Pedro, permitirían a un muchacho tocar junto con ellos. Un chico de dieciocho años llamado Joseph sube junto al grupo a interpretar uno de los temas, y lo que para ellos es un momento emotivo, para el público resulta ser incómodo, por no decir innecesario, pero lo escuchan con relativo respeto (aunque de la tallas no se salva). El segundo momento curioso fue luego de ‘Futurephobia’, donde llevado por un cúmulo de felicidad, el frontman de la banda comienza a pronunciar modismos chilenos, tales como “huevón” y “conchatumadre”. Debo decir que el más sorprendente fue uno que él mismo introdujo, algo así como “cara de jugo de naranja”. Detalles. La banda se ha manejado con gran desplante en el escenario y lo hacen notar, pero anuncia también sus últimos temas, no sin antes felicitar de nuevo a la escena underground chilena y recordar que esta es la cuarta vez que comparten escenario con Disaster. Todo un logro. Sobre el mismo tema, Arcanjo vuelve a insistir en la validez y el mensaje de la escena underground con un mensaje emocionante: “nuestra escena se trata de cooperación, no competición”. Bastante acertado, pero antes de que ni termine de procesar el peso de sus palabras se lanzan con 'Atomic Nightmare'. Restando sólo dos temas, el conjunto anuncia (en español) su canción 'Destubed to die', para terminar luego con 'The plague never dies'. El escenario está limpio y todos contentos, pero Violator no lo deja sin recordarnos antes que “el thrash nunca muere”.

Otra media hora pasaría antes de que Whiplash subiera al escenario, pero desde hacía mucho rato que podíamos ver a Tony Portaro paseándose en el extremo del escenario, por lo cual no fue mucha sorpresa cuando apareció en escena para probar su propia guitarra durante unos breves segundos. El show iniciaría a las once y media de la noche con 'The Last Man Alive', sólo tres minutos después de que Portato hiciera su aparición oficial en el escenario con ese clásico gorro tejano. Con esa intro sacada directamente del “Power and Pain” (disco del '85 con el que están girando) se echaron inmediatamente al público al bolsillo, aunque no dejan de sorprender por la reacción caótica y feliz de sus espectadores.

Ya sea por las cervezas, la desconcentración o la impresión, Tony anuncia equivocadamente el segundo tema, corrigiéndose inmediatamente pues ha dicho 'Spirit of your Grave' en vez de 'Warmonger'. Da lo mismo, el público está loco igual, y mientras él se cambia de micrófono cada cierto rato con el bajista Dank Delong (digno reemplazo en el escenario del ya fallecido Tony Bono), el público ya comienza a saltar 'Walk the plank'. Dan Foord lo sigue haciendo increíble, pero en realidad no se aparece mucho frente público más allá de dar los saludos típicos. Todos están tan sumergidos en su ritmo que en verdad no le importa.

Sigo haciendo notar lo increíble de cómo tres músicos tienen la capacidad de imponer presencia para llenar un escenario completo estando ellos solos. Tampoco necesitan esas grandes mezclas ni sobrecargados arreglos para crear temas complejos; el bajo de Delong funciona casi como una segunda guitarra que llena los vacíos la mayor parte del tiempo, cuestión que da libertad a Tony para interpretar unos solos demoledores canción a canción. Hasta ahí íbamos bien, pero pronto tenemos un nuevo corte de luz tras escuchar 'Stagedive'. Igual, ninguno de los músicos se inmuta y esperan que la situación se arregle para seguir tocando. De hecho, están más estresados los fans que ellos (a todo esto, ya le había perdido la cuenta de las cervezas que Portaro se tomaba).

Los temas siguen corriendo, pero el público estaba muy calmado, al menos hasta que Tony dice “yo se a lo que vinieron” y lanza 'Power Thrash Death' sin previo aviso. Los clásicos avanzan, y de una pasada Whiplash también toca ‘Fight or Flight’, agregando luego un momento apacible con “Las Nail in the Coffin” y “Eternal Eyes”. Tony al micrófno: supuestamente, le habían comentado que este “era un público muy loco” y lo había comprobado... mostrándose contento, y para regocijo del público, comienza a sonar 'The Burning of Atlanta', uno de los pocos temas seleccionados del “Ticket to Mayhem”. Su interpretación fue casi perfecta, sólo matizada por una pequeña baja de voltaje que no alcanzó a arruinarla.

Así pasó exactamente una hora, saltando entre clásico y clásico. ‘Spiral of Violence’, ‘This’, ‘Insult to Injury’, ‘Killing On Monroe Street’ e ‘Insult to Injury’, entre otros. ¡Toda una maldita aplanadora! Llega entonces aquel momento emotivo que comenté al principio del review… Tony y Dank se plantan al frente del escenario con una bandera chilena (la segunda hasta el momento, la primera era de los fans) mientras contemplan y graban el recibimiento del públicos. Ambos músicos se ven completamente pasmados. Al poco rato se recuperan de la impresión y recuperan sus instrumentos, dan las gracias y, sin ningúna promesa ilusoria de volver, se lanzan con el gran final: ‘Nail to the Cross’, sólo por el gusto de rematar al público.

A pesar de que el show estaba contemplado para durar hasta una hora y media, la banda logró dar un setlist ideal y casi ininterrumpido bastándole solo una. Se retiraron del escenario sin mayores despedidas, sin embargo, todos están tranquilos. El show ha bastado y ninguno sintió pasar el tiempo, al menos no luego de esa alucinante entrega de thrash metal. Hay que reconocerlo también, la gente se siente un poco agotada luego de seis horas de metal. Este fue un concierto de antología, probablemente no el más parafernálico ni el más producido de los que han ocurrido este año, pero definitivamente es una muestra real y pura del poder del thrash, cómo se vive y lo importante de este para sostener la escena under (en palabras de los chicos de Violator). No tenemos esperanzas próximas de que vuelvan, pero con esto me doy por satisfecho.

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decirles a todos los seudos metaleros q pelean con niñas fanáticas de bieber que se ven estúpidos poniendo sus argumentos e insultos en contra de estas niñas, no se quien se ve mas imbécil...

Que garrón los reiterados cortes, pero como me hubiese gustado estar ahí

Parece que si tu apellido es Araya, sos chileno