RIVER 1 - PATRONATO 0
Victoria Monumental River logró una victoria sufrida pero merecida en su casa, en donde le costaba ganar. La gente acompañó y fue fundamental. Así, termina el semestre como primer escolta de Instituto.Aire. Una bocanada que es como un tornado en realidad. Se relajan los músculos, se distiende la cabeza. Así debe haber sentido esta victoria todo River. Plantel, hinchas, todos. No es el fin de semestre soñado. Cuando hubo que afrontar un momento tan difícil como el que vive River ahora, se imaginó un fin de año mejor. Puntero, al menos. No se pudo. A este equipo le costó acomodarse a una categoría que, lo siente en cada fin de semana, no le hace fáciles las cosas. Y esa presión, que se transforma en ansiedad y entorpece las piernas, no ayuda. Por eso, era importante cerrarlo con una victoria. Sufrida, sí, pero victoria al fin. Sin punta, pero como único escolta y con plantel para mucho más. Quizá en la pretemporada, haya tiempo para ordenar la cabeza y fortalecer el ánimo. Con los tres puntos se arrancará mejor, seguramente.
River estuvo ansioso desde que salió a la cancha. El fantasma de Boca Unidos lo persiguió desde el inicio. Con los minutos, esa tensión lo fue condicionando, algo que venía ocurriendo seguido en el Monumental. Ocampos recibió del Chori una gran contra, pero definió al pecho de Bértoli, que fue figura sin grandes atajadas. El uno sacó un cabezazo y tres tiros más de media distancia. El local buscó, pero cada vez con más torpeza y por momento errando pases imposibles. Le faltó frialdad para ponerse en ventaja. Y así, Aguirre recibió la quinta amarilla y Urresti terminó definiendo mal lo que podría haber sido el 1-0 de Patronato.
El segundo tiempo fue más difícil aún. A los dos minutos, River ya había dejado en claro que iba a jugar parado en campo rival. Pero lo que el Chori no definió bien, lo hizo Jara: en la contra, con Chichizola mirando, estrelló su tiro en el palo. La memoria del partido pasado aturdió y la gente, con un grito ensordecedor, estremeció al equipo. Fue fundamental en la levantada. “Movete, River, movete”, fue el grito de guerra. Que dio resultado. Porque entre los errores de la defensa y el oportunismo de Sánchez, le dieron la victoria al equipo. Merecido al mismo tiempo que luchado y sufrido. El resto estuvo de más. Sólo hubo tiempo para recuperar el aire y relajar los músculos, al menos hasta el 2012. El torneo es largo, pero River termina el año en posición de ascenso. Y volvió a ganar en su casa, en donde sólo había podido vencer a Chacarita. Monumental.
que le dan mes Minutos al Maestrico, aunque creo que deja el club pronto