Internet Explorer: adiós al navegador que casi nadie va a extrañar
Según las estadísticas de Google Analytics y otros sistemas de mediciones, hay muchísimas probabilidades (más de las que tenés de saber si mañana llueve o no) que estés leyendo esto en un navegador que no sea Internet Explorer ¡Y miren que han mejorado los sistemas de meteorología!
En el ámbito de los entusiastas de la tecnología por muchos años se dijo y se sigue diciendo - un poco en broma y un poco en serio - que Internet Explorer era el mejor navegador… para bajar a Firefox o Chrome. Así de mala llegó a ser la reputación del navegador “por defecto” de Windows que llegó a tener casi el monopolio del mercado allá hace años cuando vivíamos la transición de Windows 98 a Windows XP y Opera era la única opción para un usuario promedio que era demasiado poco exigente. Claro, Internet era demasiado nuevo.
Recordemos que la “e azul” no comenzó liderando la guerra de los navegadores como algunos piensan. De hecho fue Netscape el que supo reinar en los inicios de la Internet Masiva como llegó a llamarse. De hecho allá por mediados de la década de 1990 9 de cada 10 computadoras con acceso a Internet usaban este difunto navegador. Pero claro, la inercia que le dió hacer tu propio Sistema Operativo le permitió a Microsoft ganar terreno de una manera muy rápida en el mundo de los Navegadores ya que a partir de Windows 95 OSR 2.5 en adelante todos los Windows vinieron con el navegador preinstalado. Bill Gates ya lo dijo en aquel episodio de Los Simpsons: “No me hice rico firmando cheques”.
También debemos ser buenos con algo y no usar el diario del lunes para informar: Internet Explorer no solamente fue un suceso por venir preinstalado en Windows (algo que a principios de sigloe llevó a su creador a las cortes por prácticas monopólicas) sino que a decir verdad las primeras versiones eran bastante buenas para la época por lo que no llevaban al usuario a querer otra cosa. “Alcanzaba y sobraba” por entonces y con esto le bastó para hacerse con todo el mercado y liquidar a Netscape que murió como otras tantas startups en la época de la burbuja de las .com
Internet Explorer se convirtió en sinónimo de “entrar a Internet”. Era tan así que la siguiente imagen nos puede llegar a mostrar mejor lo que llegó a ser Internet Explorer. Aún en 2007 y con un excelente y maduro navegador compitiéndole como Firefox mantenía un share mayor al 60% del mercado. Así y todo, porque esos años (princupios a mediados de la década pasada) fueron los mas oscuros para “IE” ya que la versión reinante fue la 6, conocida como “la versión de Internet Explorer que odiaste y comenzó a funcionar de plataforma para descargar otro navegador.
Supongo que muchos se acuerdan la mala fama que tuvo Internet Explorer 6. Fue tanta que incluso varios sitios cuando detectaban que el visitante lo usaba mostraban un popup invitándolo a probar una alternativa, incluso hubo un sitio especial dedicado a festejar cuando Microsoft lo “dio de baja”. Y es que quizás fue el mejor – y peor – ejemplo de la relación que Microsoft quería tener con Internet, tratando de que en lugar de que sea programada bajo estándares, se haga pensando en ciertas características que solo Internet Explorer podía utilizar. A pesar de la tracción del gigante de Redmond, la comunidad y la masividad de Internet nunca permitieron que esto suceda y creo que gran parte de este éxito lo tuvieron los más techies. Quizás hasta nosotros (vos que leés y yo que escribo) aportamos algún pequeño granito de arena para que haya pasado lo que pasó.
No creo que toda la culpa la haya tenido aquel fatídico navegador. En parte la misma Microsoft se durmió en los laureles dejandónos a los usuarios con un browser vetusto cuando Firefox nos permitía navegar con pestañas, instalar complementos y personalizarlo al máximo. Fueron varios años sin cambios y la salida de un decente Internet Explorer 7 no fue suficiente. Ya era tarde: habían ayudado a crear un monstruo gigantesco en forma de zorro naranja. Pero no fue el producto de la competencia en si mismo, sino el hecho de que el usuario sepa que existían alternativas y para disfrutarlas era tan sencillo como un par de clics y nada más.
De este monstruo se ayudó Google para romper el mercado con Chrome. Amén de que su navegador fue un bombazo ni bien salió (recuerden, su velocidad era algo nunca visto) la masividad del “portal de Internet” fue el último golpe que dejó K.O. a la bella “e azul”. No hubo posibilidad, ni con la versión 8, tampoco con la 9. Ya era demasiado tarde para torcer con esa caída estrepitosa. Hoy, de hecho, el navegador que supo reinar y parecer imbatible es tan usado como Safari, el browser de Apple.
No hay reinado que dure 100 años, aunque en la tecnología esto puede dividirse por 10. Ya era hora de que Microsoft retire al viejo IE. Probará suerte con Spartan (todavía no está decidido que sea el nombre definitivo) que “promete revolucionar el concepto de navegadores”. Pero en el mundo real me parece que nadie necesita algo demasiado revolucionario. Los usuarios nos conformamos con Chrome’s y Firefox’s que no sean tan hambrientos de memoria RAM y somos felices.
Esperaremos por Spartan, pero esta vez es muy distinto. El usuario sabe que puede elegir y el hecho que también navega en su smartphone puede determinar el navegador que también usará en su escritorio. Spartan deberá ser, no bueno, sino increíble para tener lo que supo tener Internet Explorer y así y todo es probable que no le alcance.
Adiós Internet Explorer, (casi) nadie va a extrañarte.
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